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Talla de Nuestra Señora de Marcilla con el Niño

Identificador
31340_01_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Alberto Aceldegui Apesteguía
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Ermita de la Virgen del Plu

Localidad
Marcilla
Municipio
Marcilla
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA TALLA DE LA VIRGEN se halla actualmente en la capilla de la Virgen del Plu -en una hornacina acristalada a la derecha de la titular-, repintada y muy reformada tras el incendio que sufrió su altar en 1937. Nuestra Señora de Marcilla está clasificada por la profesora Fernández-Ladreda dentro del primer grupo de tallas románicas en que se aprecia cierta humanización, junto a las imágenes de Monteagudo, Lizasoáin, Armañanzas, Morentin, Zurucuáin Luquin y Erdozáin. El rasgo propio de todas ellas consiste en la tímida relación establecida entre María y el Niño mediante el gesto de la mano izquierda de la Madre, con el que sujeta las piernas de su Hijo. De ahí proviene el calificativo de “vírgenes sustentantes” con que las denominó. Se trata de una obra de tamaño sumamente reducido, pues apenas alcanza los 37 cm de altura, lo que la convierte en una de las piezas más pequeñas de la imaginería medieval mariana en Navarra. La disposición de María y del Niño es muy similar a las restantes imágenes de este grupo, con Jesús sentado sobre la pierna izquierda de su Madre. Conviene advertir que, tanto el atributo de la Virgen como su mano derecha son aportes de una restauración moderna. La indumentaria se aparta ligeramente de las normas generales de este grupo, ya que si el vestuario de la Virgen se compone de los tres elementos habituales -túnica, manto y velo-, la de Jesús ha quedado reducida a la túnica, prescindiendo del manto, prenda de uso normal en esta variante y que sólo se omite en este ejemplar y en el de Monteagudo. Esta talla mariana evidencia un descenso de calidad con respecto a otras imágenes del mismo grupo, como la de Armañanzas, que se manifiesta tanto en el tratamiento de las telas, dando a los pliegues una interpretación torpe y simple, como en el desproporcionado aspecto de la figura de María, cuya cabeza resulta demasiado grande con relación al cuerpo. Los dos pliegues verticales del terciado del manto materno, con su borde inferior cóncavo, recuerdan a la Virgen de Rocamador de Estella. De esta manera se puede concluir diciendo que se trata de una talla de carácter popular. Su cronología dataría de las primeras décadas del siglo XIII, a juzgar por rasgos avanzados, como la existencia de cierta separación entre el velo y el rostro, así como por el volumen que adquieren los plegados por debajo de las rodillas de María, y muy especialmente la profundidad del pliegue esculpido entre las piernas del Niño.