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Identificador
09198_05_004
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
José Luis Alonso Ortega,Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Bartolomé

Localidad
Palazuelos de la Sierra
Municipio
Palazuelos de la Sierra
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
ES UN EDIFICIO CONSTRUIDO íntegramente a base de sillería arenisca rojiza, con cabecera cuadrada, nave con crucero, torre cuadrada a los pies -avanzando sobre el hastial- y pórtico al mediodía, cobijando a la portada. El conjunto se completa con la sacristía, adosada al norte de la cabecera. Del templo románico, muy transformado en épocas posteriores, sobrevive una parte no muy bien definible de la caja de muros, la portada y unos canecillos reutilizados en la cabecera. La cabecera actual incorpora en su fábrica numerosos sillares románicos, aunque responde a una completa renovación llevada a cabo en época gótica, abriéndose con posterioridad el ventanal del muro sur. Sin embargo cabe destacar el hecho de que alguna de esas piezas son de forma triangular, como pertenecientes a un testero rematado a dos aguas, por lo que se puede pensar que la cabecera primitiva también fuera cuadrada, como lo es la de la cercana ermita de Nuestra Señora del Cerro, en Cueva de Juarros; aún así, creemos que la actual es de mayor tamaño que la original. Además de sillares se reutilizó la cornisa de nacela y al menos 18 canecillos, aunque es seguro que otros siete están tapados por la sacristía. Estas piezas, de la misma factura que las que coronan la cabecera de la citada ermita de Cueva de Juarros, son achaflanadas, con suaves nacelas, con cilindro horizontal, de múltiples nacelas, con formas geométricas, con toscas figuraciones humanas y una de ellas con tacos formando ajedrezado. En el resto del templo rastreamos la fábrica románica en el tramo posterior del muro norte de la nave. Aquí llega a verse el paramento románico por la coronación de siete canecillos recortados pues la fábrica antigua apenas si se distingue de la posmedieval. La altura a la que aparecen estos canes recortados pone claramente de manifiesto el hecho de que es imposible que el coronamiento de la cabecera románica coincidiera con la actual, pues quedaría más alto que el de la nave. El otro resto románico reseñable es la portada, cobijada bajo un ajustado pórtico, mucho más moderno. Se trata de un arco de medio punto formado por triple arquivolta que descansa sobre pilastras escalonadas con impostas de chaflán. Las dos roscas interiores son cuadrangulares, lisas, mientras que la exterior, a modo de falsa chambrana, está cortada a bisel. En el interior del templo no hay nada que nos remita al estilo artístico románico, salvo la pila bautismal, ubicada en una capilla que sobresale sobre el hastial de la nave. Es de piedra arenisca roja -en claro proceso de degradación-, con una altura total de 71 cm y un diámetro de 116 cm, formada por un vaso de tendencia troncocónica, de paredes ligeramente convexas, decorado con bocel en la embocadura y doce arcos de medio punto -cuyo trasdós está marcado simplemente por incisiones- y cuyas columnillas muestran rudimentarias basas y capiteles. Esta decoración es muy frecuente en toda la provincia, con algunos ejemplos cercanos, como son Cuzcurrita o Cueva de Juarros. En cuanto a la cronología de todo el conjunto, no resulta sencilla su valoración, dados los escasos restos que se conservan. Los canecillos de la cabecera, por su similitud con los de Cueva de Juarros, debiéramos fecharlos en las postrimerías del siglo XI, cuando datamos esos otros, sin embargo hay que tener en cuenta la sencillez de los mismos, la perduración durante siglos de algunas de las formas que presentan, y la poca significación cronológica que en definitiva pueden aportar en sí mismos, descontextualizados como están. Mucho más clara es la portada, un ejemplar típico de los últimos momentos románicos, que bien puede fecharse en el entorno de 1200, o incluso ya entrada la decimotercera centuria, fecha que puede hacerse extensible igualmente a la pila bautismal.