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Pila bautismal

Identificador
09125_11_006
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
José Manuel Rodríguez Montañés
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de La Exaltación de la Santa Cruz

Localidad
Los Valcárceres
Municipio
Villadiego
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
ENTRE 1186 Y 1192, DOÑA EILO fundó y fue primera abadesa de un monasterio en Santa Cruz de Valcárcel, sujeto a la regla benedictina. Señala Serrano que sus padres, Pedro Fernández y María Pérez, habían realizado anteriormente unas infructuosas gestiones ante el abad Miguel de Santa María la Real de Aguilar de Campoo -en cuyo territorio se encuadraba- para el establecimiento de una comunidad en este lugar. Lo que no es aceptable es la observancia premonstratense de ese fallido intento en la fecha de 1165, cuando aún no se habían instalado los mostenses en Aguilar. En 1219 se documenta en el Becerro aquilarense la venta realizada a Santa María por la hermana de la fundadora, doña Emilia, de una parte del molino sito junto al mercado de la villa, apareciendo como fiadora “donna Elo de Ual Carcel, mia ermana”. El dominio de la casa monástica de Santa Cruz de Valcárcel debía ser exiguo, concentrándose en los pueblos del valle del Pisuerga y Urbel y, pese a obtener varios privilegios de los reyes castellanos, en especial el de amparo de Fernando III de febre ro de 1219, confirmado por Alfonso X en 1255, el monasterio cayó pronto en una profunda decadencia, suprimiéndose e incorporándose al de Palacios de Benaver en 1470. Es el referido documento de Fernando III la fuente principal para conocer el origen monástico de la casa de Sancte Crucis de Valcarcel, pues refiere cómo donna Elo nunc de novo construitis sub regula Sancti Benedicti, vobisque eiusdem monasterii instanti abbatisse [...], además de precisar los términos de su dominio en Montorio, Panizares, Coculina, Melgosa, Villalibado, Villahernando, Olmos de Pisuerga, etc. Restos de la iglesia monástica son aún perceptibles, aunque profundamente transformados, en la actual parroquia tardogótica. La cronología de lo conservado nos lleva a la primera mitad del siglo XIII, marco temporal que coincidiría con la constitución del monasterio. La actual construcción es una iglesia de nave única y dos tramos, el occidental -donde se aloja el coro alto de madera- cerrado con cielo raso, y el otro con bóveda de arista, misma cubierta que vemos en la cabecera de testero plano, con contrafuertes angulares, que corona la nave. Dividen los tramos fajones apuntados y doblados sobre responsiones con semicolumnas de corto fuste sobre alto plinto adosadas en los frentes, coronadas por capiteles de marcado astrágalo, decorados con crochets y rosetas, labrados a trinchante. Estos soportes parecen reutilizados de la primitiva construcción en la obra tardogótica, impresión confirmada por la presencia, frente a la moderna portada actual, de una hoy cegada portada compuesta de tres arcos apuntados sobre impostas con perfil de listel y nacela. Estos arcos, hoy embutidos en el muro septentrional del templo, corresponderían así al muro meridional de la primitiva iglesia, que se dispondría en el espacio hoy destinado a cementerio, al norte de la nave. De la primitiva cabecera apenas nos restan los vestigios del arco triunfal y parte de sus muros, integrados en la estancia que se acodilla entre el cuerpo de la nave actual y la moderna torre cuadrada que se alzó al norte de la capilla. Dicho arco toral fue construido en ladrillo, y es apuntado y doblado, sobre impostas con perfil de listel y nacela. En el interior se conserva una pila bautismal de traza románica, de copa semiesférica decorada con gallones y listel en la embocadura, sobre tenante circular y basa muy deteriorados. La copa tiene 100 cm de diámetro x 45 cm de altura, y el soporte 37 cm de alto.