Identificador
31100_01_403
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Javier Martínez de Aguirre
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)
País
España
Edificio (Relación)
Localidad
despoblado de Villanueva
Municipio
Puente la Reina / Gares
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
LA TALLA DE NUESTRA SEÑORA DE URDÁNOZ ya no se conserva en su localidad de origen sino en Puente la Reina. Concretamente fue llevada a esa localidad en la década de los años cincuenta del siglo XX para presidir la nave románica de la iglesia del Crucifijo -tras la restauración de la misma- y sustituir, de esta manera, a la antigua talla de Nuestra Señora de los Huertos, tal vez por hallarse ésta última en peores condiciones y habiendo perdido al Niño. En 1986 fue objeto de robo, aunque pudo recuperarse meses después y, para evitar una desgracia semejante, se encargó una talla idéntica al artista valenciano, asentado en Pamplona, José López Furío, que actualmente preside la citada nave románica, en tanto que la talla original de Urdánoz se guarda y venera en una capilla interior del colegio que regentan los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús o Padres Reparadores. La pequeña villa de Urdánoz se encuentra enclavada en el Valle de Goñi, pertenece al Partido Judicial de Estella y a la misma Merindad. Fue señorío de realengo, ello se desprende de una deuda de seiscientos treinta sueldos que debía pagar, junto a las vecinas localidades de Goñi y Aizpún, en 1180, al rey de Navarra Sancho VI el Sabio. A mediados del siglo XIV poseía catorce fuegos y un solo clérigo atendía su parroquia. La imagen de Urdánoz ha sido clasificada, por la profesora Fernández-Ladreda, dentro de un primer grupo de tallas rurales, es decir, las no inspiradas en las de la catedral de Pamplona e Irache, junto a las de Óriz, Mutilva Alta y Eristain. La estatua fue profundamente restaurada antes de su traslado a la Iglesia del Crucifijo de Puente la Reina, se eliminaron los destrozos producidos por los xilófagos y las capas de pintura superpuestas, y se añadieron la mano derecha con el orbe, la corona y el Niño que había perdido. La labor de restauración deja en entredicho la idea antes mencionada sobre el motivo que condujo a que sustituyera a la auténtica talla de Santa María de los Huertos, pero lo cierto es que no sabemos la razón autentica del cambio. La titular inicial se guarda hoy en la parroquia de Santiago. Se trata de una talla sedente de 70 centímetros de altura. Presenta los brazos y las piernas doblados en ángulo recto, como las otras tres tallas con las que guarda gran parecido, estrictamente paralelos y las manos enmarcando al Niño (que aunque había desaparecido antes de la restauración, había dejado vestigios de su presencia en el centro del regazo materno). Se nos propone como claro modelo de la Sedes Sapientiae aunque desconocemos el prototipo del que derivó. Viste túnica con ceñidor, velo ajustado a la cabeza, de bordes lisos y surcado por un conjunto de pliegues verticales, y manto que cubre por completo ambos brazos y termina en sendas caídas verticales sobre sus piernas. Los plegados se reducen al mínimo, casi todos someros y paralelos, con un poco más de gracia en las dobleces frontales por delante de los hombros y en los remates interiores del manto, bajo las rodillas. Por último, la cronología de todo el grupo, aceptada por los dos autores que la han estudiado, se establecería en el siglo XII. Fernández-Ladreda afina más situando tres de ellas, incluida la de Urdánoz, en el último tercio de dicha centuria.