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Detalle de la policromía de la parte trasera de la viga frontal que sustenta el coro

Identificador
31484_01_087
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Javier Martínez de Aguirre
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Román

Localidad
Zunzarren
Municipio
Lizoáin
Provincia
Navarra
Comunidad
Navarra
País
España
Descripción
UBICADA EN LA PARTE ALTA DE LA POBLACIÓN y frente al antiguo palacio de origen medieval, está precedida por un pequeño jardín, antiguo camposanto. Al exterior del edificio, de líneas muy sencillas y ejemplo prototípico de románico rural, sobresale un bloque compacto de sillares regulares de mediano tamaño que presenta dos añadidos. Por un lado, la torre, muy simple, que se ubica a los pies del templo, en su zona occidental; por otro, la sacristía, que se agregó en la zona sudoriental, paralela a la cabecera, recta. Comenzando por la torre, el cambio de sillar revela que el cuerpo de campanas con sus vanos de remate semicircular fue construido con posterioridad a la iglesia románica. En cuanto a la sacristía, se aprecian también claramente dos niveles de fábrica. Uno inferior, que indica una primera sacristía de menor altura. Y un recrecimiento posterior que la igualó al nivel del tejado del cuerpo de la iglesia. En la zona absidal y en el lienzo sur también se puede ver, a partir del encuentro de muros, cómo esta dependencia fue añadida después. El edificio cuenta, además, con tres ventanas, una en el eje de la cabecera, otra opuesta en el hastial y la tercera en el muro sur entre la portada y la sacristía, todas ellas muy estrechas, semejantes a saeteras y con remate curvo. En la portada (2,30 m de frente y 1,33 m de anchura de vano) vuelve a manifestarse la sencillez constructiva del templo y su simplicidad de líneas. Está compuesta por una sola arquivolta de medio punto, rematada por una moldura baquetonada, y no cuenta con ninguna ornamentación, salvo una charnela en su perímetro exterior. Ambos elementos apean sobre sendos pies derechos. Todo el conjunto de acceso queda flanqueado y enmarcado por dos contrafuertes (75 cm de frente y 50 cm de profundidad) que han sido desmochados en su zona superior y cubiertos por un tejadillo moderno de madera y teja. Otro estribo se dispone a continuación en la zona donde confluyen cabecera y nave, aunque actualmente queda semioculto por el volumen de la sacristía superpuesto. Bajo la cornisa se dispone una hilera de canes lisos convexos de pequeño tamaño. En el muro septentrional se supone una disposición arquitectónica similar a ésta, con tres estribos alineados y paralelos a los del sur y ménsulas idénticas, si bien todos estos elementos quedan ocultos a simple vista debido a que una propiedad particular se adosa junto al frente norte de la iglesia. Como dato curioso, se puede agregar que existe otra puerta de entrada al templo, actualmente tapiada, que se ubicaba en el lado oriental de la sacristía, y por la cual, según testimonio transmitido entre los vecinos a lo largo de generaciones, accedían los señores que habitaban el palacio románico cercano, al otro lado de la calle. En cuanto al interior, su planta es rectangular (13,46 m de largura por 6,14 m de anchura) y está organizada mediante cuatro tramos que finalizan en una cabecera recta. Su sencillez tipológica responde a patrones observables en algunas otras iglesias cercanas del valle de Urraúl, como Aristu, Ozcoidi o Grez. La nave se cubre en la actualidad por una bóveda de lunetos barroca. Sin embargo, sobre esta estructura que rebajó la altura de la nave, se conserva la bóveda original compuesta por una sucesión de arcos fajones apuntados, que se puede apreciar perfectamente desde el acceso al campanario. Dichos arcos arrancan de ménsulas bilobuladas, sobre las que se dispuso la bóveda barroca, como se puede ver desde la propia nave de la iglesia. La estructura, por tanto, sigue nuevamente modelos vistos en muchos otros templos románicos rurales, como Azoz, Maquírriain, Oscáriz, Grez u Ozcoidi, por ejemplo. En cuanto a los vanos que perforan las paredes del edificio, son cuatro, todos ellos originales, y siguen las prescripciones típicamente románicas de abocinamiento y remate semicircular. Su disposición se reparte entre el eje axial de la cabecera, el muro sur (donde se observan dos: uno ubicado en la zona sudeste del ábside asoma a la sacristía y otro paralelo se sitúa a continuación) y un cuarto en el eje hastial, sobre el coro. Todos estos elementos llevan a proponer para la iglesia de Zunzarren una cronología en torno a 1200. En la parte occidental de la iglesia se halla ubicado un coro alto de madera, gótico. Las ménsulas de piedra que soportan su viga maestra son de mayor anchura que la propia viga, lo que indica una factura o reposición posterior. Ésta se ve decorada en su frentes por una serie de motivos tallados y pictóricos de diferente valor. Al frente aparecen una serie de dibujos vegetales de época moderna, que podrían sustituir a otras pinturas más antiguas. En su zona trasera, que fue cubierta por una capa de cal, ostenta una peculiar decoración pictórica recientemente descubierta. Consiste en una sucesión de figuras, algunas de las cuales se asemejan a personajes con mantos, que se relacionan entre sí y se alternan con otros seres alados (quizá ángeles o pájaros). Su parte baja resulta también muy interesante, porque en ella se despliega una sucesión de emblemas heráldicos correspondientes a armas de las monarquías castellano-leonesa, portuguesa y navarra (Champaña), y de diversas casas nobiliarias leonesas (Cifontes, Almanza), vizcaínas (Haro) y navarras (Oárriz, Asiáin, Arbizu). Su ordenación responde a la fórmula propia de los armoriales, que fueron frecuentemente pintados en las carpinterías de los coros altos a lo largo del gótico en Castilla y Aragón. Muy posiblemente también fuesen habituales en el reino navarro, pero no han quedado referencias al haber sido sustituidos buena parte de estos coros de madera por otros de piedra en el XVI. Algunos escasos ejemplares de este género de ornamentación han sido conservados en Navarra, como los coros de la iglesias de Ustés o Turrillas o las tablas de la Escuela de Cristo de la catedral de Tudela. La viga que nos ocupa pudo ser decorada por un pintor itinerante castellano a comienzos del siglo XIV. Sobre la viga, y soportando directamente el suelo de madera del coro, una hilera de ménsulas del mismo material aparecen talladas y policromadas con motivos que semejan cabecitas de animales o proas de embarcaciones en sus extremos y con diseños geométricos (estrellas, flores, espirales...) en sus zonas centrales. Remata el conjunto una estría cordada y una sencilla balaustrada de madera. Desde el coro arranca una escalera de madera que conduce al campanario. Además, destaca otro elemento del mobiliaro litúrgico de la iglesia, una pila bautismal situada en el muro norte de la nave, frente a la puerta de entrada, que fue trasladada allí desde el sotocoro, en cuyo ángulo noroccidental todavía pueden verse los restos del antiguo desagüe. Así, se hallaría emplazada junto a la escalera de acceso al coro, que posteriormente fue desplazada al lado sur. La reubicación de la pila pudo tener lugar poco antes del año 1992, ya que el Catálogo Monumental de Navarra, publicado ese mismo año, la emplazaba en el sotocoro, mientras que Domeño ya la vio en el lado del Evangelio por esas mismas fechas. La pila sobresale por su originalidad, ya que posee una taza semiesférica gallonada (de 89 cm de diámetro y 36 cm de altura) decorada por medio de dos hileras de bolas coincidentes con las intersecciones de los gallones, recorriendo la más alta el borde superior de la copa. Su fuste (52 cm de largura), de sección polilobulada, también combinaría la decoración de gallones y dos hileras de esferas, siguiendo el mismo paradigma que la copa. Termina en su parte inferior con una basa troncocónica compuesta por una moldura doble. Esta tipología de pila bautismal resulta inusual, pues no es frecuente encontrar la combinación de decoración de gallón y bolas, sino que el gallón era asociado habitualmente a cenefas de motivos vegetales y geométricos, mientras que las esferas se armonizaban con elementos figurativos, por ejemplo.