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Detalle de la pila bautismal

Identificador
09318_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
41º 37' 25.23'' , - 3º 54' 2.73''
Idioma
Autor
Jaime Nuño González
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Pedro ad Vincula

Localidad
Fuentelisendo
Municipio
Fuentelisendo
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
CONSTRUIDO EN ÉPOCA BARROCA, este espacioso y diáfano edificio de tres naves, con cabecera cuadrada y torre a los pies, conserva en su interior dos pilas bautismales de tipología románica. Una de ellas es la propia de la parroquia, situada en el baptisterio, una capillita abierta en el primer tramo de la nave de la epístola. Es una pieza caliza en forma de copa, de 95 cm de altura y 126 cm de diámetro, con pie cilíndrico moldurado y vaso hemisférico decorado con una cenefa superior lisa, en la que se abren 22 arquillos de medio punto albergando distintas figuras de tosca factura, generalmente motivos geométricos formados a base de estriados verticales, aunque también hay cabezas humanas y alguna cruz. Cada arquito se corresponde con un gallón, decoración que caracteriza a la copa y que la pone en relación con numerosos ejemplares distribuidos por las provincias de Burgos y de Soria y por otras tierras inmediatas, aunque justo es reseñar que, en el caso que nos ocupa, las marcas del instrumento de talla nos llevan ya a un momento gótico, por lo que posiblemente habría que fecharla hacia mediados del siglo XIII. La otra pila, ubicada a los pies del templo, en el sotocoro, procede del despoblado de Corcos, que Madoz sitúa en término municipal de Valdezate. Emplazado en el páramo de su nombre, que separa las provincias de Burgos y Segovia, ya estaba abandonado a fines del siglo XVIII, según recoge Loperráez, seguramente a causa de las duras condiciones de la vida en tal altas y desoladas tierras y no de una invasión de culebras, como sostiene la tradición. Así se deduce de las quejas expresadas por los vecinos en 1707, quienes manifestaban que el vino, el principal producto, se perdía generalmente por los temporales, mientras que lo poco que ganaban se lo llevaban mayoritariamente las obras pías, según nos cuenta Cadiñanos. En el lugar donde estuvo la población se elevan aún los restos de un paredón que este mismo autor supone que perteneció a una torre fuerte de los condes de Miranda, aunque lo más probable es que fuera de la iglesia. La pila de Corcos es igualmente de caliza, en forma de copa, con una altura de 76 cm y un diámetro de 110 cm. Pie y vaso están tallados en un mismo bloque, con el vaso de tendencia hemisférica, decorado con una estrecha cenefa superior con roleos y cuerpo con abultados gallones entre los que se disponen pequeñas cabecitas humanas muy erosionadas. El corto pie es uno de los pocos casos decorados que nos encontramos en la comarca, con una forma ochavada y mostrando en cada cara una roseta de doce pétalos inscrita en círculo. La decoración del vaso, especialmente en lo que se refiere a las caras entre gallones, emparenta a esta pila con las de Hontangas, Torregalindo y con una de las dos que se conservan en la iglesia de Moradillo de Roa, mientras que las rosetas del pie la acercan a uno de los motivos que mayor éxito tuvo en la ornamentación del románico de las Extremaduras castellanas, especialmente en lo que a portadas se refiere.