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Detalle del muro lateral del interior

Identificador
40150_01_002
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Ignacio Hernández García de la Barrera
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Andrés

Localidad
Villacastín
Municipio
Villacastín
Provincia
Segovia
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
EL PODER EVOCADOR DE ESTOS RESTOS resulta innegable; su solitaria presencia en medio de la llanura, entre campos de labor, iluminarían al poeta, sin duda, pero aquí sirven para una seria disyuntiva sobre lo que fue y lo que es, sobre el qué hacer con este patrimonio que nos ha llegado en estado tan descorazonadoramente precario. Se trata de lo que queda de un templo de reducidas dimensiones, de una sola nave, con ábside semicircular. Hablar aquí de interior y exterior no dejaría de resultar paradójico, pero por las diferencias que parece presentar no deja de ser necesario. La sencilla cabecera estaba compuesta por tramo recto y curvo, organizados por un codillo, luciendo en su parte externa muros compuestos por bandas de mampostería enfoscada y, posiblemente, refuerzo de sillería en las esquinas, como aún se puede apreciar en el codillo meridional. En el centro de este único ábside se dispone el único vano del conjunto, hoy reducido al hueco tras haber perdido la composición ornamental que posiblemente tuvo. Su forma parece fue semicircular y es otro de los motivos que nos pueden permitir relacionarla con ejemplos no lejanos como pueda ser Torredondo. El estado de lo conservado en lo que fue su interior es un valioso testimonio de construcción medieval, al conservar y estar a la vista los muros y presentar estos su composición original. Se puede apreciar de este modo la composición y fortaleza de los muros de caja, construidos a base de cal y canto, la presencia en el intradós de buena sillería en lo que fueron arranques del cascarón y bóveda del tramo recto del ábside y en la imposta que presenta un mínimo perfil de caveto. Las partes bajas de los muros insinúan la que fue planta de la iglesia, elemento que parece confirmar la datación del edificio en torno a las primeras décadas del siglo XIII.