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Alzado sur

Identificador
09198_09_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
Esther Testera Gorgojo
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de Santa María Magdalena

Localidad
Tinieblas de la Sierra
Municipio
Tinieblas de la Sierra
Provincia
Burgos
Comunidad
Castilla y León
País
España
Descripción
A PESAR DE LA BÚSQUEDA no hemos encontrado datos referidos a la iglesia parroquial de Santa María Magdalena. Los únicos fidedignos son los restos arqueológicos de la misma. Es un templo de una sola nave, de planta basilical, con muros de piedra sillería y mampostería en algunas partes. La cubierta es de madera, aunque en la actualidad tiene falsa bóveda. El tejado descarga sobre una cornisa y se apea en canecillos. Adosada al muro sur tenemos la portada que tiene doble arquivolta y se apea en imposta corrida y cuatro columnas. La construcción que recorre todo el muro meridional presenta todas las características de haber sido una galería porticada que en la actualidad está profundamente alterada. El ábside actual es renacentista, de planta cuadrada, con cubierta de bóveda de medio cañón, con casetones en el intradós. A los pies se adosa la torre, de planta cuadrada, pero sólo conserva del alzado románico poco más que los cimientos. En el muro norte quedan aún un total de once canecillos de tipo caveto, sin otra decoración que la moldura de cuarto de caña. Todos sirven de elemento sustentante de una cornisa que se compone de listel y sección prismática. El muro sur conserva prácticamente todos o casi todos los canecillos que tuvo en su origen, pero la cornisa ha sido alterada y no descarga sobre ellos sino sobre el propio muro. Algunos de estos canecillos son de nacela mientras que otros se decoran con diversos motivos vegetales (hojas acogiendo bolas) y figurativos (personajes itifálicos, cabezas antropomorfas y zoomorfas, aves, mascarones monstruosos y toneles). La portada meridional consta de un arco de ingreso con fino baquetón en la arista, seguido de dos arquivoltas de bocel entre mediascañas -una de ellas con botones- y un guardapolvo de sencillas puntas de diamante que en ocasiones se unen unas con otras formando una especie de cadeneta. Todo descarga sobre una línea de imposta muy erosionada en la que se adivina una decoración a base de cuatripétalas inscritas en círculos y flores abiertas enmarcadas en dos pétalos muy estilizados. A los lados hay cuatro columnas con sus correspondientes capiteles. Los de la izquierda se adornan con una especie de hojas muy esquemáticas y dos seres fantásticos de largos cuellos aprisionados entre unos tallos vegetales. Los de la derecha muestran una labor de encestado y una arpía atrapada igualmente por un tallo. Por lo que hace referencia a los temas empleados tanto en canecillos como en capiteles, este artista utiliza una temática poco variada. De un lado vemos realizada la figura humana, colocada de frente, de cuerpo entero, en cuclillas, sentada o sencillamente un busto. Cuando ejecuta la figura humana de cuerpo entero está completamente desnuda pero no realiza un estudio de la anatomía con sentido realista, sino que más bien se limita a señalar los perfiles del cuerpo interpretado sin mayor acierto. Realiza un estudio más cuidado y detallista de los rasgos del rostro, pero sin que tengan caracteres muy realistas. Siempre las presenta de frente y con actitudes solemnes y rígidas. La temática animal la vemos en los cuadrúpedos, aves y animales fabulosos. Vemos la realización de la cabeza de lobo, de características poco realistas, de un buen modelado y de acabado poco cuidado y detallista. Igualmente encontramos una cabeza de león, con la boca completamente abierta, los pómulos bien modelados y una realización que sin ser detallista imprime rasgos naturalistas. Las aves las vemos ejecutadas en dos canecillos; en uno de ellos es un avestruz, colocado de perfil, con unas pequeñas pero poderosas patas, largo cuello y las alas plegadas al cuerpo. La otra es un águila, colocada de frente, con las alas desplegadas, las garras sujetando algo en la base de la ménsula, en una postura elegante, armoniosa y de grandes calidades plásticas, pero de un acabado tosco y duro. Los motivos vegetales son la hoja de acanto que nace de la parte inferior, se eleva y termina doblada sobre sí misma por su peso y el del pomo que sostiene. De otro lado tenemos los vástagos que se ondulan y terminan transformados en unas hojas. También realiza la rosa de los vientos, de cuatro pétalos y perfectamente enmarcada por la corola de tipo circular. Otras veces los tallos dobles se entrecruzan y terminan formando un elegante y airoso cestillo muy tupido y de calidad de realización. Todavía este taller realiza sendos toneles, uno de ellos completamente cilíndrico, con los bordes bien marcados, realiza todo el entramado de tablas y tiene un orificio muy señalado y de características realistas. El otro es ligeramente abombado en el centro, tiene todas las características de una cuba, pero en él no realiza el entramado. Observamos que en general el relieve de los canecillos es medio, a veces casi alto, tanto que algunos temas parecen adosados a la ménsula, mientras que el de la portada es bajo, aunque destaca los volúmenes por medio de un buen modelado y con el juego de luz marcadamente claroscurista. Es una realización de formas duras, angulosas y toscas en ocasiones, y en otras de formas suaves y blandas, pero por lo general el acabado es poco detallista y minucioso. Por lo que hace referencia a la composición vemos que en los canecillos emplea fundamentalmente la frontalidad, los temas son rígidos, solemnes y carentes de dinamismo y mal acomodados al espacio. Sin embargo, en los capiteles vemos la postura de perfil, los animales pareados, opuestos y afrontados, con un sentido dinámico, y un cuidado respeto a la simetría. Esta parte pone de manifiesto el mayor dominio de la labra, de la composición y es la expresión de un sentido más depurado de la plástica. Por lo que hace referencia al relieve, observamos algunas diferencias claras entre los canecillos y la portada, pero en ambos casos son debidas a las necesidades y limitaciones impuestas por el espacio escultórico. Se puede afirmar que parecen diferentes talleres. Uno de ellos es el que trabaja en la portada que tanto por el tema como por los esquemas compositivos y técnicas de labra está muy cercano al que trabajara en la torre, portada y galería de la cercana iglesia de Vizcaínos. El que realiza los canecillos pone de manifiesto su ligazón a la mayor parte de los talleres serranos. Por ello parece que la iglesia se hace en dos etapas, como muchas de la zona, pues la comienza un taller local, relacionado con un taller serrano, seguramente en la primera mitad del siglo XII y en la segunda mitad se completa con un taller conocedor y seguidor de las formas silentes como sucede en otros templos de la zona como Vizcaínos, Lara, Jaramillo de la Fuente, Pineda y tantos otros.