Sant Feliu de Parlavà
PARLAVÀ
El municipio de Parlavà, con una extensión de 7 km², se extiende por terrenos de la llanura de inundación del río Daró, que atraviesa, de Sur a Norte, el extremo de levante del territorio. El término comprende el pueblo de Parlavà, que es cabeza de municipio, y además el pueblo de Fonolleres, los vecindarios de la Rutlla y de Matabou, y numerosas masías. En Parlavà se cruzan las carreteras C-252 y la local GI-643 que, viniendo de Torroella de Montgrí, enlaza con la carretera C-66 a la altura del término municipal de la Pera.
La primera documentación escrita sobre Parlavà data del año 989. Aparece en el testamento del conde Gausfred de Empúries. Más adelante, encontramos referencias a la localidad en los siglos xi y xii, siempre en relación al dominio ejercido sobre la zona por los condes de Empúries.
Texto: MJV
Iglesia de Sant Feliu
La iglesia parroquial de Sant Feliu se erige en el punto más elevado de la población de Parlavà. Está documentada ya en el acta fundacional de la canónica de la catedral de Girona, del año 1019, donde se menciona como Sant Feliu de Palacio Rabanicum entre las donaciones de los condes Ermessenda y Berenguer Ramon I. Más tarde, en el año 1062, un clérigo de la catedral gerundense define a la sede unas posesiones situadas intra terminos parrochie Sancti Felicis Palacio Rauani. El dominio episcopal sobre la el lugar se confirma en otros documentos ya del siglo xii. En 1269, el conde de Empúries Ponç Hug y su hijo Huguet (futuro Hug V) permutaron la jurisdicción civil y criminal de Parlavà, entre otras poblaciones, con el obispo Pere de Castellnou, a cambio de la jurisdicción sobre Canet de
Sant Feliu de Parlavà es un edificio originalmente románico, aunque alterado por diversas reformas posteriores. La iglesia está constituida por una única nave, cubierta por una bóveda de cañón apuntada, con una capilla lateral por costado y una moderna sacristía adosada en el lado de
Este remoto frontispicio queda completamente integrado en una moderna obra de fortificación levantada sobre la cubierta del antiguo templo, cuyas dimensiones prácticamente doblan la altura original. En uno de los sillares esquineros, por encima de la cornisa que circunda todo el edificio, hay un bajorrelieve con una cruz griega inscrita en un círculo. Este elemento guarda semejanza con otro dispuesto en la iglesia de Sant Esteve de Canapost, que aparece en un lugar similar del frontis. En la parte superior del templo hay una serie de elementos defensivos: un matacán en el muro norte, y una sucesión de aspilleras mayormente concentradas en el lienzo oriental, cuya forma turriforme de sección circular viene dada por ser la prolongación en vertical del ábside, que está dotado de un gran zócalo en su parte inferior. Sobre esta estructura oriental se eleva el actual campanario de torre, construido durante el siglo xix. Una ventana central, coronada por un arco de medio punto, se abre en el centro del ábside mediante una doble gradación de sus sesgos, mostrando semejantes dimensiones en el interior del edificio.
Por dentro, la cabecera de Sant Feliu de Parlavà evidencia un aparato constructivo de piedra bien escuadrada y dispuesta en hiladas regulares. El ábside semicircular presenta una bóveda de horno ligeramente apuntada que, apoyada en una línea de imposta de nacela, es separada de la nave por un arco triunfal de las mismas características. El resto del edificio se presenta cubierto con bóveda de cañón apuntado, conservando todo su paramento revestido por una capa de revoque.
Por sus características constructivas, sobre todo teniendo en cuenta el apuntamiento de la bóveda del ábside y de la nave, Sant Feliu de Parlavà debe clasificarse dentro de las iglesias pertenecientes al románico tardío, suponiendo su construcción entre finales del siglo xii y comienzos del xiii.
Virgen con el Niño (desaparecida)
En bibliografía del último cuarto del siglo xx, se encuentran noticias sobre el hallazgo, en la iglesia, de una Virgen sedente con Niño que hasta la década del 1970 parece que se conservaba en una de las casas próximas a la iglesia. Actualmente se ignora el paradero de esta imagen, que fue vendida a un particular.
Las dos fuentes documentales consultadas muestran dos retratos muy diversos de la talla. En una monografía sobre vírgenes románicas publicada en 1977, se describe la pieza en un deplorable estado de conservación y muy atacada por xilófagos, que habrían eliminado al Niño por completo. Por el contrario, en el estudio de 1989 para la obra Catalunya Romànica, la imagen se afirma relativamente bien conservada, y con presencia de la figura del Niño. Ambos textos ofrecen fotografías que se avienen con las respectivas, y contradictorias, descripciones.
Sea como fuere, está claro que se trataba de una Virgen de unos 55 cm de altura, tallada en madera y representada con marcada frontalidad y ligera asimetría, en cuya rodilla izquierda descansaba el Niño. Ambas figuras iban coronadas, sentada la Virgen sobre un trono austero y de respaldo bajo. Toda la imagen estaba ricamente policromada, aunque probablemente la capa pictórica debiera ser tardía. Por sus atributos morfológicos,
Texto y fotos: Ana Victoria Paul Martínez
Bibliografía
Catalunya Romànica, 1989, VIII, pp. 251-253; Noguera i Massa, A., 1977, pp. 202-203.