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Vista general de Santa Maria de l’Om de Ventallò

Identificador
17210_04_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.150094, 3.063646
Idioma
Autor
Clara Poch Gardella
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Santa Maria de l’Om de Ventallò

Localidad
Ventallò
Municipio
Ventallò
Provincia
Girona
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Santa Maria de l’Om de Ventallò

Descripción

VENTALLÓ

 

(falta intro del municipio)

 

 

Iglesia de Santa Maria de l’Om

 

La antigua iglesia de Santa Maria de l’Om se encuentra a 1 km al noroeste de Pelacalç, en el sector oriental del término municipal de Ventalló. Para llegar, desde Figueres, se debe seguir la carretera C-31 en dirección a la Bisbal d’Empordà, saliendo en Viladamat; desde esta población hay que tomar la comarcal GIV-6301 en dirección Norte, pasar por Pelacalç y tomar un desvió hacia la izquierda justo antes de llegar a Montiró; este camino, perfectamente indicado, conduce directamente a la iglesia.

 

La primera mención a Santa Maria de l’Om se encuentra en las Rationes Decimarum de 1279 y 1280, donde se la denomina ecclesie sancte Marie de Ulmo o Hulmo. La iglesia fue parroquia del castillo de Pelacalç y estuvo estrechamente vinculada a Montiró debido, lógicamente, a su proximidad geográfica. Por ejemplo, en 1332 el capellán de Pelacalç confirió la cura de Montiró a Ramon de Sureda. En 1387, las pocas rentas de Montiró impedían mantener a un clérigo, por lo que eran los sacerdotes de Pelacalç los que decían misa los domingos en Montiró.

 

Perece que en el siglo xv, los oficios parroquiales de Pelacalç se desplazaron de Santa Maria de l’Om a, seguramente, Montiró. El templo debió estar entonces en malas condiciones, puesto que el obispo de Girona dio licencias en 1442 para reparar la iglesia. En 1565 se unieron definitivamente las parroquias de Pelacalç i Montiró, y en 1598 se permitió el traslado del altar de Santa Maria de l’Om a Montiró mientras duraran los trabajos de reparación del santuario, que amenazaba ruina encima del altar mayor.

 

En 1691 la iglesia de Santa Maria de l’Om aparece ya como santuario mariano dedicado a curar los problemas del habla y la mudez. Contaba la leyenda que la imagen de la Virgen venerada en el lugar había sido encontrada dentro de un olmo por una pastorcilla muda.

 

La iglesia de l’Om dispone de una sola nave con un ábside rectangular, fruto de la reforma de 1598, y que hoy en día sirve de rectoría. Parece que el edificio presenta numerosas alteraciones, y es difícil discernir la fisionomía de la fábrica original de época románica, que debió de ser más alargada que la que hoy en día se observa.

 

La fachada sur mantiene el paramento original románico, surcado por tres lesenas cuya parte superior no se conserva, pero que reflejan la decoración mural propia del primer románico o románico meridional. El aparejo del muro es de sillares pequeños y medianos, poco labrados pero dispuestos a soga en hiladas regulares.

 

La iglesia tiene la puerta de acceso en la fachada occidental. La portada ha sufrido ciertas remodelaciones, aunque pervive gran parte de su estructura. Está conformada por una arquivolta biselada con decoración escaqueada en el exterior y un arco de medio punto de sección tubular y un pliegue en el interior. Ambos enmarcan un tímpano reconstruido y un dintel liso. El arco tubular nace de los ábacos de dos columnas, de fuste y basa lisos, y rematadas con capiteles esculpidos. Los capiteles muestran estilizaciones vegetales en las que se alternan palmas y hojas alargadas. Los ábacos presentan también cenefas de inspiración vegetal. Ambos trabajos, los de los capitales y ábacos, recuerdan a los talleres roselloneses por el uso del trépano, si bien su construcción se debe de enmarcar en el último tercio del siglo xii o principio del xiii, con posterioridad a las portadas de Cistella y Lledó.

 

No se conservan apenas ventanas de época románica en el templo, solamente una en el muro sur, que está tapiada al exterior. Se trata de una ventana de doble derrame y arco de medio punto.

 

El interior del templo está parcialmente rebozado. La nave se cubre con una bóveda apuntada y encalada y en los muros laterales es posible ver cuatro arcos ciegos, si bien de los dos más próximos al ábside solamente conservan el arranque. Las impostas de estos arcos son de época románica, dos presentan círculos entrelazados, otras dos una cenefa vegetal ondulante y las otras cuatro son lisas y simplemente biseladas. La posición de las impostas no es la original, puesto que las caras decoradas no se corresponden con las caras más visibles hoy en día. Los espacios que enmarcan los arcos ciegos permiten observar el aparejo original, que se realizó con pequeños sillares apenas labrados pero dispuestos a soga en hiladas regulares.

 

La presencia de las lesenas propias del románico meridional, indican que aún perviven restos de un templo inicial construido en el siglo xi, que luego fur reformado entre finales de siglo xii y principios del xiii, momento en que se realizó la decoración escultórica presente tanto en la portada como en las impostas de los arcos ciegos. Aún así, a partir de esta fecha, el templo continuó sufriendo alteraciones, que provocaron el traslado de los elementos decorativos, así como remodelaciones de las fachadas y la construcción, documentada a finales del siglo xvi, de un nuevo ábside.

 

 Texto y fotos: Clara Poch Gardella

 

 

Bibliografía

 

Badia i Homs, J., 1977-1981, II-B, pp. 371-372; Catalunya Romànica, 1984-1998, IX, pp. 867-870; Caussa i Sunyer, J., 1959, pp. 168-172; Dalmases y Balañà, N. de y José Pitarch, A., 1986, pp. 298-299.