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Vista general de Sant Serni de Coborriu

Identificador
25051_05_001
Tipo
Formato
Fecha
Cobertura
42.351900, 1.782000
Idioma
Autor
Montse Jorba i Valero
Colaboradores
Sin información
Edificio (Relación)

Sant Serni de Coborriu de Bellver

Localidad
Coborriu de Bellver
Municipio
Bellver de Cerdanya
Provincia
Lleida
Comunidad
Cataluña
País
España
Ubicación

Sant Serni de Coborriu

Claves
Descripción

BELLVER DE CERDANYA

Iglesia de Sant Serni de Coborriu

Coborriu de Bellver –denominado Caput Rivi en el siglo ix y Coboriu de Telo en el xiii–, se halla a la entrada del valle del Ingla, en la margen izquierda del río Segre, muy cerca de Talló. El pueblo lo constituyen cuatro masías, de la que la más importante es la de Ca’l Pons. Se puede llegar desde Talló, siguiendo en dirección sur, por una carretera local desde Bellver de Cerdanya. Al cabo de 700 m, se toma un cruce a la izquierda y después de seguir 500 m se llega a la pequeña iglesia de Sant Serni.

 

La iglesia de Sant Serni de Coborriu pertenecía al pagus Tollonensis, y aparece citada en el acta de consagració de Santa Maria de la Seu d’Urgell de 839. La iglesia fue consagrada el 9 de mayo de 1137 (o 1139), bajo la advocación de san Saturnino por el obispo de la Seu d’Urgell, Pere Berenguer, con la presencia del obispo de Elna, Udalgar. Se depositaron reliquias del santo tolosano, de otros santos y de las sanctorum puellarum (santas Puelas), mártires como san Saturnino, y muy relacionadas con él. Según la Passio Antiqua, una vez rota la cuerda que sujetaba el cuerpo del santo al toro que lo arrastró, las santas Puelas fueron dos mujeres que se hicieron cargo del cuerpo y le dieron sepultura. En el acta de consagración fue redactada nueve años más tarde, en 1148, por el obispo de La Seu d’Urgell, Bernat Sanç, para paliar el olvido del momento de la ceremonia. En la misma se cuenta que los parroquianos habían edificado la iglesia, y pidieron al obispo Pere Berenguer que la consagrara, para lo cual hicieron donación de todo lo necesario según el derecho de la Iglesia, es decir: un cementerio de treinta pasos, las primicias, las oblaciones, la tercera parte del diezmo, luminarias, defunciones, alodios, y todas las cosas adquiridas de manera canónica. También cuenta que la iglesia de Sant Martí de Vila-vedra, era sufraganea de Sant Serni, cuyos clérigos debían recibir los diezmos, primicias, defunciones, oblaciones y todas las cosas que les correspondieran. Unos años más tarde, en 1156, se redactaba el testamento de Bernat Guillem donde constaba que legaba bienes a Sant Serni. En 1170, fue Bernat de Coborriu quién hizo testamento antes de partir a Jerusalén, dejando igualmente bienes a Sant Serni. La iglesia padeció los desmanes de los hombres del vizconde Arnau de Castellbó y del conde Ramon Roger de Foix, que a finales del siglo xii la saquearon llevándose tres libros, todos los ornamentos, veinticinco modios de trigo, además de todos los bienes y ropas del párroco. En 1793 las tropas francesas quemaron la casa rectoral y el archivo. A partir de este episodio, se sabe que entre 1793 y 1799, el párroco mandó reedificar la rectoría a sus expensas, si bien actualmente ha desaparecido. La última profanación que sufrió fue durante la Guerra Civil española de 1936, tras lo que quedó abandonada hasta su restauración en 1967.

Se trata de un edificio no muy alto, de una sola nave rectangular, muy alargada con ábside semicircular y una capilla lateral edificada en 1686 en el muro sur, que seguramente se correspondería con otra similar en el lado opuesto. En el ábside se aprecian dos ventanas de doble derrame, una situada en la parte central y otra hacia el Sureste, ambas con arco de tres dovelas estrechas y curvadas, de piedra caliza rosada. El ábside descansa directamente en el terreno y acaba con una cornisa en caveto y tramos de bocel. En el lado sur se encuentra la puerta de entrada, que en su montante derecho tiene un sillar granítico, con un busto de un orante grabado, de factura sencilla. En la fachada occidental, que remata con una espadaña de dos vanos, se abrió un óculo, de tamaño desproporcionado respecto al resto del edificio, seguramente para permitir la entrada de luz en compensación a la ventana del muro sur tapiada al construir la capilla lateral.

El aparejo está compuesto por piedras graníticas de la zona, de tamaño mediano, cortadas y colocadas con esmero en hiladas regulares. El aspecto algo “achatado” del edificio da la sensación de que con el tiempo ha ido penetrando en el terreno, como sugieren los escalones que hay que descender para acceder al templo.

Ya en el interior, se observan los muros bien trabajados, con un aspecto similar al exterior. La bóveda, a base de un aparejo tosco de piedra plana, arranca directamente, sin imposta. Es de perfil ligeramente apuntado, como corresponde a los edificios de la segunda mitad o finales del siglo xii. La zona absidal está precedida por un doble arco triunfal, y se cubre con bóveda de cuarto de esfera. En una hornacina horadada en el muro norte se encuentra una pila bautismal de unos 60 cm de boca, de piedra granítica lisa.

 

Virgen con Niño

 

Aunque la imagen de la Virgen de Coborriu, desapareció en 1936, la conocemos por documentos y por la fotografía publicada en el libro de Maties Delcor. Se trataba de una talla de madera policromada de la imagen sedente de la Virgen con el Niño. Está datada a finales del siglo xiii o inicios del xiv, de estilo denominado tardorrománico, a pesar de que por cronología, pertenecería al gótico. Presenta la particularidad de estar sentada en un sencillo escabel, y no en un trono. Vestía túnica con decoración vegetal, manto floreado, y se cubría con velo. Los pliegues de ambos denotaban un movimiento que se interpreta como precedente del gótico. En la mano derecha sostenía la manzana, símbolo del Pecado Original, en reparación del cual, el Padre envió a su hijo, Salvador, nacido de Virgen y Madre. Con la mano izquierda, sujetaba al Niño, en una postura menos rígida que los modelos románicos, y que también se encuentra en la Virgen de Beders, la de Urtx, o la de Talltorta, todas ellas desaparecidas. Éste vestía túnica y manto, y con la mano derecha bendecía, mientras que con la izquierda sostenía el Libro.

 

Texto y fotos: Montse Jorba i Valero - Plano: LAURA MAS TUDÓ

 

 

Bibliografía

 

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