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Exterior de la cabecera

Identificador
33869_01_006
Tipo
Fecha
Cobertura
Sin información
Idioma
Autor
María Fernández Parrado
Colaboradores
Sin información
Edificio Procedencia (Fuente)

 

País
España
Edificio (Relación)

Iglesia de San Juan

Localidad
Godán
Municipio
Salas
Provincia
Asturias
Comunidad
Principado de Asturias
País
España
Descripción
LA IGLESIA PARROQUIAL DE SAN JUAN se sitúa a orillas de la carretera, siendo la primera construcción que nos recibe al llegar al lugar, ya que el resto del caserío se dispersa pocos metros detrás del templo. Las referencias documentales sobre la iglesia y lugar de Godán aparecen en todos los casos vinculadas a miembros de un mismo grupo familiar, descendiente de la infanta Cristina fundadora del monasterio de San Salvador de Cornellana en 1024, entre cuyos miembros se encontraban importantes personajes de la vida política y militar de la época. Así, en el 1094, Cristina Alfonsi hizo entrega al monasterio de San Juan de Corias, junto con otras propiedades, de Godan, cum medietate de Santo Iohane de Godan. Tiempo después, en las primeras décadas del siglo XII, el magnate Suero Bermúdez, en su empeño por reunir las diferentes raciones en que el patrimonio del monasterio de Cornellana, fundado por su bisabuela bajo el régimen de herederos, había ido dividiéndose a lo largo de varias generaciones, reclamó a Corias las propiedades donadas por Cristina Alfonsi, argumentando que, habiendo llegado a ella por herencia del infante Ordoño, esposo de la infanta Cristina, formaban parte de los bienes monásticos de Cornellana. Según recoge el Libro Registro de Corias las relaciones entre el monasterio cangués y Suero Bermúdez no debieron de ser muy cordiales, ya que ante la negativa de su abad a cumplir sus exigencias, el conde, haciendo uso de su privilegiada posición social, tomó los bienes por la fuerza. Continuando con su empeño reunificador, el mencionado conde, junto con su esposa Enderquina, establecieron diversos acuerdos de compra y permuta con algunos de sus familiares, de forma que poco a poco fueron cumpliendo sus objetivos. Entre estas diligencias destaca el acuerdo de permuta por el que en 1120, a cambio de varias heredades en Galicia, su prima Sancha Velaz le hizo entrega de su ración en Sanctum Iohanes de Gudam, similiter cum omni eius hereditate et familia illus. Del mismo modo y el mismo año permutó con su hermana Urraca Bermúdez integram eccesiam Sancti Johanis de Godan. En 1122, tras hacerse con las diferentes porciones del monasterio, en lo que viene considerándose como la refundación del mismo, Suero y Enderquina entregaron San Salvador de Cornellana y sus propiedades a la casa Borgoñona de Cluny. Si bien en este documento no se menciona Godán entre los bienes monásticos, sí aparece como tal años después, en la controvertida donación por la que en 1128 los mismos condes entregaron el monasterio a la catedral de Oviedo, en un acto que, como puede verse en el estudio referido al monasterio de San Salvador, se pone en relación con un intento por parte de los donantes de rectificar su primera decisión. A partir de este momento el templo de San Juan de Godán aparece en varios documentos relacionados con la administración del coto monasterial de Cornellana en el que quedó incluido hasta su disolución en el siglo XIX. El actual templo de San Juan responde en líneas generales, y a pesar de las intervenciones por las que pasó a lo largo de su historia, a las formulaciones propias del románico tardío y popular difundido en las últimas décadas del siglo XIII en el mundo rural asturiano. De forma que debemos suponer que por este tiempo se sustituyó el primitivo templo monástico de Godán, al que hacen referencia los documentos del siglo XI, por una construcción más acorde con las nuevas necesidades. Coincide este momento constructivo en Godán con el mismo período en que se reconstruyen también, entre otras, las cercanas iglesias de Arcellana y Soto de los Infantes, también vinculadas al monasterio de Cornellana. Con nave única y cabecera cuadrada, y a pesar de las numerosas intervenciones por las que ha pasado, entre las que debemos destacar la efectuada hacia 1918 cuando se amplió longitudinalmente la nave, conserva este templo lo esencial de su estructura tardorrománica, seguidora de uno de los esquemas más difundidos en la arquitectura rural durante todo el medioevo. La cabecera, cubierta en origen por una bóveda de cañón corrido, hoy sustituido por una de crucería, y con una sencilla aspillera de derrame interno dovelado en el centro del muro del testero, es sin duda el elemento mejor conservado de todo el conjunto. Se accede a ella por un sencillo arco triunfal, compuesto por un arco de medio punto con dos arquivoltas ligeramente pasadas, apoyadas directamente sobre las jambas. Todos estos elementos están desornamentados, si bien no podemos asegurar que esto fuese así desde un principio. En efecto, si tenemos en cuenta el rico y variado repertorio figurativo de los canecillos de la cornisa, que posteriormente trataremos, así como la presencia de repertorios ornamentales en otras construcciones contemporáneas muy próximas, como San Vicente de Arcellana, situada a menos de 2 km de distancia, resulta sorprendente la sobriedad dominante en el interior de este templo. Como dijimos, en el exterior llama la atención una interesante serie de canecillos repartidos por las cornisas de la cabecera y de la nave norte, que con una factura tosca y un tanto torpe establece relación con la que podemos ver en otros templos de la zona, como el ya mencionado de Arcellana o el de San Bartolomé de Camuño, también en el concejo de Salas. Entre todas las piezas, que muestran apomados, modillones, cilindros, quillas..., debemos destacar la presencia de rostros humanos, muy sumarios pero con todos los rasgos fisonómicos bien definidos, especialmente la nariz y las orejas, y la figura de un mono, la encarnación de todos los pecados del hombre, en uno de los canes de la nave norte. El templo de Godán es ejemplo de las fórmulas más sencillas del románico popular, tosco y rural, que, partiendo de los modas irradiadas por los grandes centros constructivos, en este caso el monasterio de Cornellana, los artesanos locales, dentro de sus limitaciones teóricas y técnicas, trataban de imitar en sus obras. Para concluir debemos dejar constancia de la existencia en el interior de la capilla del templo de Godán de un interesante Calvario, integrado, como es habitual, por el Crucificado, la Virgen y San Juan Evangelista, cuya ejecución, aunque adscrita al período gótico, conserva todavía algunas características formales e iconográficas propias de las tallas románicas.